El director de la película, ejerciendo de buen trilero del cine policiaco, nos engaña desde el principio. En la primera escena vemos a Landor lavar sus manos de sangre tras venir, suponemos, de cazar algún animal. En realidad, viene de matar a la primera víctima. Cuando, esa misma mañana, el capitán de West Point le comunica que el superintendente quiere hablar con él, Landor cree que lo han descubierto y por eso se muestra reticente. Cuando llega a la entrevista, se da cuenta de que no saben nada y de que, en realidad, le han llamado para que les ayude a esclarecer el crimen. Por tanto, se abre una puerta inesperada ante él: el asesino se convierte en investigador de su propio crimen y tiene la posibilidad de manipular a su antojo la resolución del mismo.
Pero su suerte no acaba ahí. Cuando va a ver el cadáver descubre, con sorpresa, que alguien le ha arrancado el corazón. Él no lo hizo, así que puede poner el foco de la sospecha en otra persona (o personas), aquellas que han realizado semejante profanación. Pronto sus pesquisas se centran en la familia Marquis, gracias a la ayuda del sagaz estudiante Edgar Allan Poe. Landor se aprovechará de Poe para poder seguir vengándose de los otros cadetes que violaron a su hija, junto a la primera víctima. Este y no otro es el objetivo del detective: encontrar y asesinar a esos estudiantes que provocaron el suicidio de su hija tras violarla. Landor ve la oportunidad perfecta para saciar su venganza y, al mismo tiempo, dirigir las culpas hacia otras personas. Por eso, cuando mata al segundo cadete, torpemente imita el ritual de arrancar el corazón del cadáver.
Al final, Landor acaba descubriendo la razón de esos rituales tan siniestros. Artemus (el hijo del doctor Marquis) quiere ayudar a su hermana Lea a curar su enfermedad mediante métodos sobrenaturales basados en teorías esotéricas de un antepasado. Y el destino le sonríe nuevamente con la muerte de los dos hermanos. De esta forma, los crímenes quedan "resueltos" a ojos de todos, gracias a la versión que da Landor: los hermanos mataron a los cadetes para hacer los rituales de sacrificio y conseguir sus corazones.
En la conclusión, la película nos plantea todavía un par de dudas más. ¿Por qué perdona Poe al investigador? ¿Por qué no cuenta realmente lo que ha pasado tras la muerte de su amada, Lea? Seguramente porque entiende el dolor de Landor y el móvil que le llevó a cometer semejantes crímenes y manipular la investigación. Con respecto a Lea, el daño ya está hecho y nadie podrá devolvérsela. Además, Poe parece recobrar su juicio inicial (tras su enamoramiento irracional, al estilo del joven Werther). Entregar a Landor no va a curar su pena, así que decide quemar la prueba caligráfica y dejar marchar al detective. Con el tiempo, el espectador y lector habitual de Poe sabe que convertirá a ese investigador en protagonista de algunos de sus relatos.
¿Y qué ocurre con Landor en la escena final? ¿Se suicida arrojándose desde el mismo risco del que se tiró su hija o solo trata de homenajearla y despedirse de ella tras haber cumplido su venganza? Lógicamente, esa última escena abierta queda a la interpretación del espectador. Yo, como buen profesor de literatura y siguiendo con los tópicos románticos de la historia, creo que sí, que sigue el trágico final que su hija, suicidándose también en el mismo lugar y cerrando así el círculo de dolor y venganza. Los dos sacrificios son muy del Duque de Rivas, gran dramaturgo romántico español.
Uno de los cadetes se ha escapado, eso sí; pero, como recuerda Landor, su castigo será perpetuo y consistirá en el remordimiento y en el miedo. Posiblemente nadie sepa que Landor ha muerto y ese cadete huido lo sentirá acechándole en cada sombra, como un fantasma. Otro tópico muy romántico.
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