En la década pasada, los seguidores del cine épico y fantástico y, en especial, los amantes de los cómics Marvel (entre los que me incluyo), pudimos disfrutar de la explosión mayúscula del cine de superhéroes con los grandes crossovers que el bueno de Kevin Feige y sus chicos diseñaron en torno a este universo. Hollywood se volcó en el empeño de recrear el esplendor de la mitología trazada por Stan Lee, llevándola a la gran pantalla. Y a fe que lo consiguieron, creando un buen número de grandes producciones, reventando taquillas y dejando, de paso, 5 o 6 películas sobresalientes. Culminaron el jugoso proyecto con un gran arco argumental y un emocionante desenlace compuesto por las que son, posiblemente, las dos mejores películas de la franquicia hasta el momento: Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019), ambas dirigidas por los hermanos Anthony y Joe Russo.
Para mí, que llevo leyendo y coleccionando cómics 40 años (de todo tipo y escuela, pero también de Marvel), ver que, por fin, el mundo del cine era capaz de crear buenas películas en torno a estos personajes que tanto me hicieron disfrutar en mi infancia, fue una alegría. No solo nos ofrecieron un puñado de grandes películas, sino que en ellas participó también buena parte de los mejores actores del Hollywood actual. Obviamente, para convencerles, tuvieron que poner muchos ceros en sus cheques, pero bueno, ahí está su trabajo. Robert Downey Jr. es un excelente actor, pero entre los mejores papeles de su filmografía ya siempre quedará el de Tony Stark, personaje central en toda esa década de películas que supusieron las famosas 3 fases iniciales del MCU.
Fueron 10 años de un nivel notable y exitoso. La pregunta que se hacía todo el mundo era clara: Y ahora, ¿qué? ¿Serán capaces los muchachos del MCU, con Feige a la cabeza, de seguir creando historias tan interesantes como las de aquella década? ¿O se dedicarán a explotar lo que le queda de vida a la pobre gallina de los huevos de oro hasta que ya no pueda poner más o hasta que la gente, hastiada, no los compre? Bueno, pues en esa duda estamos. Hay cierto hartazgo entre los aficionados al MCU y bastante desilusión con la Fase 4 (la del Multiverso), ya que no ha sido lo que se esperaba, ni mucho menos. Bastantes fiascos morrocotudos y solo una película reseñable en estos últimos 4 años: Spiderman: No way home (2021, Jon Watts). Además de las series de Loki y WandaVisión que sí han mantenido algo el nivel de calidad. Parece que la máquina de hacer churros en la que se está convirtiendo el MCU está empezando dar síntomas claros de agotamiento.
Tanto es así que, con el inicio de la Fase 5, había muchas dudas puestas en esta Ant-Man la Avispa: Quantumanía, dirigida por Peyton Reed. Tampoco es que el personaje (el Hombre Hormiga de toda la vida) sea uno de los grandes héroes de Marvel, ni mucho menos. Pocas veces gozó de serie regular en los cómics y siempre fue más bien un personaje secundario. La gracia de las dos películas anteriores radicaba también un poco en eso: la poca importancia del personaje que, en Hollywood, han convertido, gracias al humor, en todo lo contario, en un personaje muy carismático, protagonizado por el siempre divertido Paul Rudd.
Pero, al grano: Quantumanía… ¿es buena o es otro fiasco más? ¿Promete o no promete este nuevo crossover de Kang el Conquistador (uno de mis villanos favoritos de las viñetas, por cierto)? Pues dos respuestas claras y contundentes: la película está bastante bien y sí, el crossover promete y mucho. Quantumanía es una película entretenidísima. La primera hora se pasa volando y tiene un ritmo extraordinario. Luego es verdad que la segunda parte de la película decae algo porque ya asistimos al clásico (y obligado) enfrentamiento entre buenos y malos, con peleas, fuegos de artificio y demás. Me pasa también en las otras películas del MCU y me pasaba igual en los cómics: me interesaban más los planteamientos de las historias y la parte cotidiana de los personajes que las viñetas de acción.
Quitando esa pérdida de ritmo en la segunda parte del filme, casi todo funciona bastante bien en Quantumanía. Como planteamiento del crossover y presentación del personaje (Kang), aunque ya había asomado la cabeza en la serie de Loki, resulta interesante y uno se queda con ganas de más, de saber qué aventuras en torno a los viajes en el tiempo se pueden plantear en futuras películas (si se respetan los arcos argumentales del personaje en los cómics, como parece por una de las escenas post-créditos que abre bastante el apetito). Visualmente es una película muy atractiva. Hay mucho CGI, eso sí (toda la historia trascurre prácticamente en el Universo Cuántico, recreado lógicamente por ordenador); además, hay multitud de bichos (me parece curiosa y acertada la idea de que ese universo esté formado por múltiples razas diferentes y tenga sus propias balanzas de poder); unos seres que recuerdan, en gran medida, a esa fantasía visual de las películas de George Lucas. En la película sigue funcionando de maravilla la fórmula del humor, aunque para ello hayan convertido a un terrible villano de los cómics (MODOK) es una especie de funko acomplejado y paródico (aunque la verdad es que así protagoniza alguno de los mejores gags del filme). Pero, sobre todo, lo que me ha gustado más de la película es el trabajo actoral. A Paul Rudd le sigue sentando como anillo al dedo el traje de Ant-Man; le tiene muy bien cogida la medida al tono humorístico y bonachón del personaje. También es un gusto seguir viendo a un viejo rockero como Michael Douglas, por insólito que resulte verlo paseando por el Universo Cuántico. Aunque, con diferencia, lo que más me ha gustado de la película es el trabajo de Michelle Pfeiffer. Pensaba que su participación se ceñiría a poco más que un cameo, como en Ant-Man 2, pero no, ni mucho menos. De hecho, la Pfeiffer es prácticamente la coprotagonista de Quantumanía y, sinceramente, es un placer verla. No entiendo por qué lleva casi una década muy alejada del cine, participando solo en brevísimos y muy esporádicos papeles secundarios (junto con alguna participación en un par de series de televisión). En esta película no es que tenga que interpretar a la Ofelia de Hamlet, está claro, pero se toma muy en serio su papel y le aporta todo ese talento que nunca se olvida. Me produce alegría verla de nuevo en un papel importante en la gran pantalla y espero que abandone esa especie de “retiro” cinematográfico (no sé si voluntario o no) de los últimos años. Con 64 años tiene cine para rato y es una actriz maravillosa.
En resumen: buen inicio de esta Fase 5
del MCU. Al menos, ilusionante. Parece que tenemos un gran villano y un arco
argumental que, espero, funcione mucho mejor que el del Multiverso dichoso.
Habrá que ir viendo en próximas películas y series si se va conformando ese
gran crossover que relance la franquicia y la saque de esa mediocridad en la
que lleva estancada cuatro años.
CALIFICACIÓN: 6



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