TU CASA O LA MÍA


El reclamo principal de esta típica y tonta comedia romántica de Netflix es, sin duda, su pareja protagonista, cuya carrera cinematográfica parecía estancada en los últimos tiempos (en el caso de Kutcher, directamente muerta). Reese Witherspoon tocó el cielo en 2005 consiguiendo el Óscar por su magnífico papel en el filme En la cuerda floja, de James Mangold. Fue nominada nuevamente en 2014, por Alma salvaje (Jean-Marc Vallée), coronando así una década de grandes trabajos y excelentes interpretaciones. Era una de las actrices del momento. Sin embargo, en la década siguiente, sus problemas personajes y, probablemente, una mala elección en los guiones, la alejaron de ese foco principal; al menos en el cine, porque en TV sí ha sabido encontrar su sitio en buenas series como Big little lies o The morning show.

Más extraño es el caso de Ashton Kutcher. Igualmente se convirtió en el galán favorito de las comedias juveniles y románticas de principios de siglo y, tras El efecto mariposa (2004, Eric Bress, J. M. Gruber) y ser elegido por Chuck Lorre para sustituir al díscolo Charlee Sheen en Dos hombres y medio (serie de TV), cobrando un fortunón por cada capítulo, el bueno de Ashton vivió sus días de vino y rosas. Programas de televisión en los que le permitían sacar su cara más gamberra, entrevistas constantes, su relación sentimental con Demi Moore, negocios empresariales en Silicon Valley que le estaban reportando grandes cantidades de dinero y cierta fama de astuto emprendedor… El chico maravilla se estaba comiendo Hollywood y su rostro era habitual en todo tipo de publicaciones. Hay quien dice que la burbuja explotó tras las críticas que recibió por el que él consideraba su gran oportunidad para convertirse en un actor de prestigio y salir de ese encasillamiento de chico guapo y gamberrete. Fue la película Jobs (2013, Joshua Michael Stern) en la que Ashton interpretaba al fundador de Apple. La crítica se cebó con su trabajo y Kutcher prácticamente se esfumó de la gran pantalla. Han sido 10 años de silencio cinematográfico y solo ha participado esporádicamente en alguna serie de TV.

Así que Netflix decide reunir en Tu casa o la mía a dos antiguas estrellas de la comedia romántica. Pero si la intención de ambos actores era reflotar su carrera con esta película, me temo que nuevamente han vuelto a elegir mal porque el filme es realmente malo. Un guion aburrido, sin ninguna gracia y plagado de lugares comunes y de personajes totalmente arquetípicos. Aline Brosh McKeenna, la guionista y directora de este bodrio televisivo, ha tratado de hacerse su propio Cuando Harry encontró a Sally (1989, Rob Reiner), pero se ha quedado en la idea superficial (dos amigos íntimos que llevan veinte años sin querer darse cuenta de lo obvio, de aquello que el espectador ve a los cinco minutos de película). En torno a ese cliché de los amigos secretamente enamorados construye una comedia insulsa a la que le falta todo: humor, emoción y situaciones entretenidas. Nos pasamos la película viendo a los dos actores en doble plano hablando por teléfono (algo que ya hizo mucho mejor hace 30 años Nora Ephron en la también empalagosa, pero más divertida, Tienes un e-mail).

Así que nada reseñable en esta mala película. Quizás los personajes secundarios sean lo único divertido. Desde los primeros minutos, todo sucede tal y como esperas. Es más, si han visto el tráiler, prácticamente pueden ahorrarse la película porque es un resumen perfecto de un minuto de lo poquísimo que pasa durante el filme.

Si las dos antiguas estrellas esperaban volver a lo más alto sin salir de su círculo de confianza (la comedia romántica), creo que se han equivocado. A mí Ashton Kutcher nunca me ha parecido un gran actor, pero Reese sí creo que está para mucho más que este tipo de producciones tan cutres.

CALIFICACIÓN:  2 


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